Adrianistán

¿Qué pasó en 2024?

03/01/2025

En 2024 hubo muchos cambios. En este post voy a hacer un pequeño resumen y también vamos a ver que nos depara 2025.

Enero

De enero y de interés para el blog solo mencionaré que leí el libro de "Algoritmos + Estructuras de Datos = Programas" de Niklaus Wirth. Se trata de un texto clásico de la enseñanza de la Informática donde Wirth, el creador de Pascal, nos va llevando por las técnicas de la programación imperativa de la época. Es un libro interesante pero creo que el tiene el fallo común de los clásicos: hoy nos parecen evidentes. Es decir, ha influido tanto que hoy en día muchos materiales de texto siguen una estructura similar que no aprendí nada realmente noveodoso. Aprendí algo de Pascal, pero no lo llegué a usar después.

Sobre Pascal se podría hablar mucho. Hoy en día vivimos en un universo donde C ganó. Los sistemas operativos no Unix son minoritarios (Windows, z/OS e IBM i son la excepción y aun así Windows usa C). Pascal tenía ciertas ventajas sobre C y ciertos inconvenientes. Pero en el fondo, y sobre todo en dialectos como Turbo Pascal, no había una diferencia fundamental de expresividad ni de calidad de código generado. Si Pascal ahora apenas tiene uso fue por el avance de Unix, la falta de estandarización de Pascal entre sus dialectos y que siempre estuvo asociado a compiladores comerciales.

Febrero

En febrero, volví a compaginar mi trabajo en Telefónica con clases de laboratorio en la Universidad de Valladolid, donde estuve dando "Fundamentos de Computadoras" (prácticas de ensamblador de MIPS) y "Cálculo distribuido y computación paralela". La primera asignatura es una de las que se dan en primero de Ingeniería Informática. Al repasar los materiales ahora, con más bagaje, realmente me ha parecido una asignatura mucho más bonita que como cuando estuve de estudiante. Creo que el haber tenido más contexto de las máquinas por debajo en estos años me ha dado la perspectiva: "es que esto es la esencia del computador". A pesar de que ya sé que existen otros paradigmas sobre la computación. La aproximación imperativa con una ISA es la única que actualmente tiene respaldo ingenieril. Y de hecho es un mundo lleno de decisiones de diseño con sus ventajas, inconvenientes y los inevitables compromisos que surgen. Mientras en muchas otras disciplinas de la Informática no existen estos compromisos o tradeoffs, en esta disciplina están por todas partes.

Marzo

Con la motivación de trabajar con código de bajo nivel, empecé mi proyecto más ambicioso de software libre. La implementación del JIT de Scryer Prolog. Básicamente compilar código Prolog a código nativo para mejorar la velocidad de ejecución. Proyecto retador e interesante, aunque a veces agotador, que fui poco a poco implementando, luego tuve que reescribirlo. Todavía quedan bastantes detalles y no trabajo en ello tanto como debiera. Espero seguir con ello en 2025, con ganas renovadas y, por fin, que la gente pueda empezar a probarlo.

Abril

En abril, a nivel personal tuve un gran cambio ya que compré un piso, en Valladolid también. Aunque no me mudé directamente, gran parte de mi mente este año estuvo ocupada con temas de la vivienda. Esto junto a los motivos de salud, han hecho que este año no haya cacharreado demasiado.

Mayo

En mayo estuve en Valencia, en esLibre. Di una pequeña charla sobre Scryer Prolog y me reuní con amigos. También conocí gente nueva, gente de KDE España, de OpenStreetMap y del mundo del software libre en España en general.

Junio

En junio fui a Países Bajos, en concreto a Eindhoven. Allí visité a un amigo, que me dejó su casa para dormir. Estuve recorriendo esas tierras llenas de bicis y canales, a veces solo, a veces con mi amigo: Bolduque, Breda, Amsterdam, Maastricht, Amberes, .... En Eindhoven además pude entrar en ASML, la mayor compañía del mundo de fábricas de fotolitografía, necesarias para producir los chips actuales. Originalmente fue un spin-off de Philips, empresa originaria de Eindhoven y que hoy solo fabrica realmente equipos médicos. El resto de productos con marca Philips de Philips solo llevan el nombre. Las bombillas se separaron en Signify, los semiconductores fueron a NXP, ... Este mes también acabé las clases que tenía en la universidad.

Julio

En julio me visitó un amigo cinéfilo y acudí a algunas sesiones del PUFA, un festival de cine fantástico y de terror nuevo que ha empezado en 2024 en Valladolid.

Agosto

En agosto fui con mis padres a Berlín. Mi padre había estado hacía muchos años, cuando todavía existía el muro y aunque los españoles en aquella época podían cruzarlo sin problemas, tenía ganas de verlo y ver como había cambiado todo. Yo no había estado nunca y en Alemania solo había estado unos días en Düsseldorf y Colonia, así que me apunté. Berlín es una ciudad interesante, más si te interesa la historia moderna. Berlín fue la ciudad donde las dos potencias más importantes del momento chocaban, todo ello a través de estados títeres como eran la RFA y la RDA (de EEUU y la URSS respectivamente). Finalmente la RFA "ganó", ya que aunque fue una reunificación, a efectos prácticos la RFA se comió a la RDA. A nivel histórico y a nivel monumental, Berlín no es tan interesante como otras capitales europeas pero sigue mereciendo una visita. Cerca se encuentra Potsdam, ciudad que yo conocía por la famosa conferencia de la Segunda Guerra Mundial pero que en realidad es la ubicación de numerosos palacios de los reyes prusianos de gran belleza, aunque sin un estilo propio, todos se basan en palacios franceses, italianos e ingleses. También visité el Neues Museum, famoso por su colección egipcia y el campo de concentración de Sachsenhausen.

Septiembre

En septiembre fui con amigos a Cádiz. Para aprovechar lo que quedaba de verano. No soy muy fan de las playas para pasar mis vacaciones, pero esto eran pocos días y con amigos. El destino fue elegido para combinar playa con cosas más interesantes. Y Cádiz es una ciudad preciosa en la que nunca había estado. Y llena de historia relacionada con la Constitución de 1812, la que se redactó mientras los franceses invadían el país. Una constitución muy avanzada que, con procuradores a un lado y otro del océano se quería aplicar a todo el imperio. Desgraciadamente nunca estuvo en vigor demasiado tiempo y en muchos sitios de América ni siquiera llegó a aplicarse. También pasé por la iglesia del Palmar de Troya de camino y un día nos acercamos a Gibraltar.

Fue este mes cuando empecé a sentir más molestias físicas en mis hombros y cuello, lo que hizo que parase mucho el ritmo de programar. Hacer ejercicio en el gimnasio llegado a este punto tampoco sé si me iba bien o si estaba forzando ya de más algo que estaba ya demasiado tenso y forzado. Esto me ha impedido cacharrear a gusto en muchos momentos.

Octubre

En octubre empecé mis clases de chino mandarín. Mi historia con los idiomas ha sido de altos y bajos. Como nací en Castilla, solo tengo un idioma materno, el castellano o español. En el colegio desde pequeño siempre hemos tenido inglés, pero eran pocas horas y sin inmersión, sin profesores nativos y avanzando muy lentamente. En esa época el inglés no me gustaba. En el colegio, en mis últimos años empecé francés, porque era parte del programa del colegio. El francés de primeras me gustaba más. En el instituto seguí con esa combinación. En francés notaba que avanzaba mucho más rápido y las clases de inglés no me gustaban mucho (pero nunca tuve problema en aprobar). Con el tiempo y según me iba metiendo más en el mundo de la informática, descubrí que el inglés era más interesante ya que casi todo lo relacionado con la Informática estaba en inglés. En esa época progresé bastante, fue a clases extra por las tardes, me saqué un título y participaba algo más en las clases de inglés. Al final inglés, al nivel que me pedían, era algo fácil y no tenía complicaciones.

En ese mismo periodo dejé el francés. Me había ido de intercambio a Francia una semana y creo que cuando lo dejé tenía más nivel que de inglés. Pero no le veía tanta utilidad y encima me parecía que había que estudiar más, ya que los idiomas romances tienen en general conjugaciones y vocabulario más complejo. Además para selectividad el francés no valía nada si ya sabías que ibas a hacer inglés.

Luego con el inglés me defendía. Viajaba por Europa y conocía gente en la universidad y podía hablar con ellos. Estaba (y estoy) en un nivel en el que aunque tengo fallos de pronunciación y ocasionalmente me puede faltar vocabulario, puedo moverme y aprender más inglés con inglés si hace falta.

¿Por qué el chino? Una conjunción de factores: quería algo que estudiar, ya que no quería quedarme quieto, pero los másteres no me llamaban especialmente. En la empresa de hecho me pedían que eligiese algo en lo que "crecer a nivel personal". También salir de casa ahora que vivía solo. Mi novia estudia alemán y pensé que un idioma no sería tan mala idea. Y chino es el que más me llama la atención. Una gran potencia, relativamente desconocida pero de la que compramos gran cantidad de tecnología. Y a nivel hardware sí que empezaba a ver muchas cosas en chino. Sí, muchas tenían traducción al inglés igualmente. Pero me hizo pensar. Por supuesto hay gente que opina que aprender idiomas ahora es estúpido ya que las herramientras de traducción automáticas avanzan mucho y cada vez son mejores. Pero lo cierto que actualmente me está resultando muy interesante, ver los cambios en la cultura, mucho más diferente que los anglosajones (de los cuáles al final consumimos mucha información y cultura). Sé que es difícil pero de momento seguiré con el chino.

Noviembre

En noviembre pasaron dos cosas: la primera es que en Telefónica me cambié de proyecto. En junio ya había dicho que quería un cambio, aunque no de forma urgente, cuando hubiese algo. Y ese algo llegó en noviembre. Ahora estoy dentro de una de los múltiples proyectos surgidos de la iniciativa Open Gateway. Además, fue el Scryer Prolog Meetup de 2024 en Viena. Allí expuse lo que había avanzado con el compilador JIT y estuve hablando con gente del mundo de Prolog. Muy interesante como siempre.

Diciembre

En diciembre finalmente cambié de teléfono. Llevaba muchos años con un Huawei P30 Pro y en Cádiz empezó a fallar la pantalla, aunque era usable. Previniéndome, fui mirando teléfonos. Estos teléfonos tenían que ser por lo menos igual de buenos que el P30 Pro pero si admitían custom ROMs, mucho mejor. Finalmente me decanté por un Google Pixel 8a. Y le instalé GrapheneOS. Es un teléfono caro para las especificaciones que tiene. Pero a pesar de ser de Google, es totalmente modificable por el usuario sin necesitar cosas raras. Y tiene bastante comunidad.

Hablando de hardware, en mayo también había comprado un teclado ergonómico: el Glove-80. Un teclado dividido en dos mitades, curvo, con las teclas en cuadrícula, con clústers para el pulgar, inclinable, con firmware personalizable basado en ZMK. Un teclado muy top y caro. Y finalmente no conseguí adaptarme a él. He de decir que me gustaba que se pudiese personalizar, estuve probando Colemak-DH y diferentes capas. Pero nada me convencía lo suficiente. Aunque tienen periodos de adaptación, creo que le di bastante tiempo. Al final usaba más un teclado malucho, ya que me frustraba mucho y me seguían doliendo los hombros. Tampoco era capaz de llegar bien a todas las teclas de por ejemplo, el clúster de pulgares. También la personalización extrema tiene partes negativas: puedes entrar en una espiral de adaptar todo lo que quieras hasta que cualquier parecido con otro teclado sea mera coincidencia. Esto puede pasarte con ZMK, con Emacs, con KDE, ... Y aunque me gustan esas herramientas (más que el minimalismo forzado) siempre he intentado mantenerme cerca del camino por defecto. Porque además puede ser un agujero de tiempo y de indecisión.

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